Que no daría, por ser aquel canario
que vuela hasta tu ventana,
para despertarte cada mañana;
estar presente a cada instante,
en cada momento para amarte
Que no daría, por ser la Luna
para alumbrarte, cada noche oscura
y ser ambos los únicos luceros
que titilan en el cielo
Que no daría, por ser
el aire que respiras
para sentir tu aliento
como el calor del fuego
rozando mi pecho
Que no daría por mirar de cerca
tus ojos que me penetran,
saber lo que piensas,
soñar lo que sueñas.
y hacer que me quieras
Que no daría por decirte
cuanto te he amado
desde aquel instante
que te me quedaste grabado
Autora: Glenda Tigselema
No hay comentarios:
Publicar un comentario